El gordo. Es el bufón del grupo, el que mira mientras los delgados y guapetes juegan a la consola. Le suelen caer todos los marrones más desagradables, y los guionistas no tienen piedad con él ya que la suerte está de la parte del esbelto (con un corte de pelo de lo más moderno).
Los hombres. Incultos, débiles, gritones y brutos.
Las mujeres. Listas, avispadas, mandonas y con capacidad de liderazgo (algo maravilloso, pero que pierde fuerza si se quedan como únicas en hacer gala de dichas cualidades).
Las jovencitas. Les gusta el chulillo rebelde, nunca el estudioso responsable. Los cuernos llegan sin cesar puesto que no soportan más de 10 minutos sin restregarse con algún dejado de la vida de su edad.
Conclusión: en la serie triunfan los gandules, bellos y analfabetos mentales. Apliquemos a los adjetivos el género femenino también. Osea que nos encontramos con una audiencia de miles de espectadores (muchos de ellos niños) que reciben la mayor apología de la picaresca, de la pereza y del éxito (si por ello entendemos besar a la más barbie o recuperarse de un varapalo económico por hacer chanchullos con mexicanos) sin el más mínimo esfuerzo.
Qué puto asco me da esa serie, y lo que más me quema... Los Serrano la ven millones de personas.
Fuente foto: http://www.noticiasdealava.com/ediciones/2007/01/02/mirarte/comunicacion/d02com68.516121.php
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