viernes, 9 de octubre de 2009

Bastardada GLORIOSA

Tarantino vuelve a plantearnos con Malditos Bastardos uno de sus temas predilectos, una de las piedras angulares de su discurso cinematográfico: la venganza. Dicen las personas que más saben de literatura que los novelistas, pese a que escriban varias obras, en casi todos sus libros siembran la misma idea aunque los moldes sean diferentes.


El guión de su nuevo trabajo vuelve a ser brillante, la historia original y la banda sonora todo un lujazo que engrandece las escenas y secuencias, no falta Ennio Morricone pero esta vez el rey es David Bowie con la poderosa Cat people putting out fire. Localizaciones y vestuario: sensacionales, todo muy cuidado y los detalles bien pulidos (así es Tarantino).



El esperpéntico argumento navega gracias al mar de consistencia que el reparto insufla a los 151 minutos de proyección. El elenco de actores es espectacular y todos ofrecen un trabajo sumamente convincente. Quizá uno de los mayores dones de Tarantino estriba en saber elegir al reparto de sus películas (¿habrá un actor con la cara de tipo duro mejor que Til Schweiger para el papel del desobediente Hugo Stiglitz?). Christoph Waltz lo borda y sin duda encarna al PERSONAJE de la película: el inquietante coronel Hans Landa (brilla en todo el largometraje ya sea fumando en pipa o comiendo un delicioso pastel).



Colosal, esta palabra le encanta a Quentin, Mélanie Laurent (viéndola uno entiende la elección del tema gatuno de Bowie) y brutal el plano de su aparición en el cine mientras su novio tira la colilla letal. Diane Kruger, la señorita Bridget Van Hammersmark, da toda una lección de clase en sus apariciones. Brad Pitt, el teniente extermina nazis Aldo Raine, como siempre: fabuloso.



Ingenio, originalidad, violencia desmedida, conversaciones tarantinescas y frases míticas. Eso es lo que proporciona la bastardada de Quentin. Cine con mayúsculas. Si te gusta el cineasta norteamericano disfrutarás, si no has visto nada de Tarantino lo mismo te sentirás fuera de lugar. Lo que está claro es que esta película no va a dejar a nadie indiferente. Yo me lo pasé pipa.

PD1: La cara del sargento bateador Donnie Donnowitz (Eli Roth) cuando tiene cerca de Adolf Hitler es gloriosa.

PD2: ¿Aburrida y tediosa? Estoy radicalmente en contra de las críticas que ponen a parir a la película. Hacía tiempo que no lo pasaba tan bien en el cine.

1 comentario:

@JaviMGomez dijo...

Lo mejor, la interpretación de Cristoph Waltz...