El periodismo deportivo está totalmente lleno de frases hechas y topicazos. Son el recurso fácil, el anti-análisis, el repertorio popular al que recurrir para no calentarse la cabeza y que queda la mar de bien decir...
Pues amigos míos, utilizar ese tipo de expresiones refleja carencias lingüísticas y de rigor informativo absolutamente intolerables.
Yo huyo al máximo de todo este tipo de adornos (feos) y procuro darle algo más de nivel lingüístico a cualquier texto periodístico al que me enfrento. No se trata de ser pedante o exquisito, con no salirse de las reglas que nos marca nuestra lengua es suficiente, y no nos olvidemos que en textos informativos hay que ser legible, entendible, escuchable. Los Beattles con tres acordes la liaban e hicieron clásicos. Ser sencillo y efectivo no es tan fácil como parece.
Yo no soy Lázaro Carreter, estoy a años luz, pero intento aprender de él y de otros que reclaman el buen uso de la gramática y la sintaxis en esto del Periodismo. Ojo, que yo también la cago, pero me queda el regustín de trabajar para mejorar y llegar a cotas de dignidad estimables.
Quizá las mayores de estas limitaciones que afloran en los periodistas (sobre todo los deportivos, que se pegan a este tipo de expresiones como el chicle a la suela de un zapato) son el ejemplo de lo poco que leen los profesionales de la comunicación.
Hoy llegué a horrorizarme al leer diversas noticias deportivas publicadas en periódicos andaluces... ¡qué barbaridad!
Con esto no quiero decir que todos los periodistas deportivos sean tan descuidados o pésimos escribiendo, pero una inmensa mayoría no repara en estos asuntos y prefiere asirse de manera sistemática y enfermiza al "¿qué haré esta noche después de trabajar?" ¡Ayyyyy... cuánta gandulería y poquicas ganas de currar!
No hay comentarios:
Publicar un comentario