El otro día fue al
Rincón de Seca, a la casa de unos amigos de la infancia, bueno, de toda la vida. Hacía muchos años que no iba pero mi mente conocía el camino perfectamente. Sentí tanta nostalgia... recordé a aquel Quique que jugaba entre los naranjos, que bordeaba saltando las acequias... Cómo pasa el tiempo.
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